¿Soy Inforrica o Infopobre?

Hasta el momento, para mi, las sociedades se clasificaban (a groso modo) en 3 clases; baja, media y alta. ¿Qué hace que una persona sea parte de una u otra?, supongo que está relacionada con el nivel de posibilidad o imposibilidad en el acceso a los bienes materiales indispensables para satisfacer las necesidades humanas. Pero esta estratificación a cambiado según "La Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información", celebrada en Ginebra en el 2003 y Túnez en el 2005, ésta comenta claramente que las sociedades se clasificarán en INFORRICAS O INFOPOBRES. Nuevamente.... ¿Qué hace que una persona esté en una categoría social o en otra?. La respuesta son Las Nuevas Tecnologías, el uso de estas y una conexión segura a internet me clasificará dentro de alguna de ellas. Por lo tanto si accedo a estas herramientas me convierte en Inforrica, mientras que las personas carentes de TICs permanecen en las oscuras tinieblas de los Infopobres. Realmente esta categoría comienza a gestarse en países menos desarrollados generando una separación notoria entre ambos sectores, aumentando la Brecha digital.

La Internet es la gran salvadora???... teóricamente el acceso a ella lleva a la democratización del los pueblos, pero.... hasta el momento ¿Qué hizo Internet para los pobres??? Leamos un ejemplo: conexión al artículo. Si has leído el relato sobre los agricultores Chincheros del Perú, habrás observado que no hay Nuevas Tecnologías que ayuden a evolucionar a las clases sociales más bien Mentes Creativas que están atrás de ellas, emprendedoras, reflexivas y competentes, claro que esto no lo otorgan los aparatos, sino el espíritu. Y este se desarrolla generalmente en los círculos familiares y en las escuelas. Los centros educativos, apoyados por el Estado, tienen una gran responsabilidad en la democratización de los pueblos, es necesario incluir metodologías que impulsen a los alumnos y docentes a usar las Tecnologías de la Comunicación en ambientes con objetivos de aprendizajes, llevando al mismo la formación de usuarios críticos capaces de poner las Tics al servicio del hombre para transformar la información en conocimiento. Sí!!!! creo que debemos ser una Sociedad del Conocimiento y no de Información, esta última es estática y fría; el Conocimiento es acción y participación. Ver artículos "Sociedad del Conocimiento"

Exinten diversas campañas y proyectos para incluir a los sectores que se encuentran fuera de la Sociedad del Conocimiento, una de ella es la que se expresa en el Video que muestro a continuación: "Una computadora por alumno"

Manule Castells comentó hace muy poco, que cree que con la desaparición de esta generación se acabará la Brecha Digital. Claro que es comprensible su postura y hasta suena lógica, pero ni la globalización podrá acelerar las políticas económicas y sociales de América Latina más aún con la crisis económica en que está sostenida.

Existe otra inclusión superficial, que es la adquisición de tecnología avanzada sin pretender usarla en su máximo potencial. Es un tecnología que incluye pero limita. Esto se ha observado en los sectores sociales bajos, que pretenden ser parte de una masa equipada tecnológicamente tan solo por la adquisición y no tanto por el uso e incorporación activa por medio de ellas a la Sociedad del Conocimiento.

Muchas preguntas me surgen luego de escribir estas palabras ... pero me quedo con la de Eduardo Galeano: "Cuando teníamos las RESPUESTAS nos cambiaron las Preguntas". Ver artículo Educación Analógica, Alumnos digitales!!!!

Bibliografía consultada:

Manuel Castells: Internet y la sociedad red. Lección inaugural del programa de doctorado sobre la sociedad de la información y el conocimiento UOC.
http://www.uoc.es/web/cat/articles/castells/castellsmain2.html

Castells, Manuel; La ciudad informacional: tecnologías de la información, reestructuración económica y el proceso urbano-regional (1995), Alianza Editorial, Madrid, Capítulo 1.
Levis, Diego; Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (2004): "Modelo para armar” en Signo y Pensamiento nº 44, Bogotá

Prof. Leonor Leyes